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Y a pesar de todo, parece que vivimos muy satisfechos

05-09-2024, 8:57:03 AM Por:
Y a pesar de todo, parece que vivimos muy satisfechos
© Depositphotos

Para México, el Inegi destaca que más del 47% de los adultos citadinos reportan estar muy satisfechos con su vida.

Por Héctor X. Ramírez Pérez*

Recientemente se publicó una interesante encuesta del INEGI llamada BIARE: Bienestar Autorreportado. Contiene indicadores de bienestar de la población urbana adulta con respecto a su bienestar subjetivo. La metodología implica que las personas encuestadas contestan considerando el estado de ánimo de ese día contra el del día anterior. Como se anticipa, es verdaderamente un estudio por demás subjetivo, pero lo valioso es su metodología consistente de cada tres meses, lo que permite comparar.

Este julio el indicador cayó 2 décimas comparado al julio de 2023. Es decir, los mexicanos citadinos estuvieron menos animados que hace un año. El indicador de este mes refleja cierto nivel de importancia porque desde el año 2016, julio es el trimestre que suele tener los resultados más altos del año. La diferencia reportada entre hombres y mujeres es interesante: mientras que ellos reportaron un nivel en su estado de ánimo de 6.4, el de ellas fue de 6.1.

Como sociedad y como empresas, conviene recordar que el tipo de decisiones que se toman en los mercados no son del todo racionales, sino que intervienen principalmente nuestras emociones, creencias y expectativas del futuro. Dicho de otra manera, según como me sienta influyo en mis decisiones de gasto y de inversión. Creería que una población contenta y esperanzada estará más inclinada a activar la economía regional y, al mismo tiempo, estaría menos motivada para hacer cambios radicales a su estilo de vida. Para México, destaca que más del 47% de los adultos citadinos reportan estar muy satisfechos con su vida, casi la mitad de todos nosotros, y solo poco más del 10% mencionó estar en niveles de insatisfacción o poca satisfacción.

Los rubros que más satisfacción generan son las relaciones personales, la vivienda, la ocupación y los logros de vida. Los que menos son el tiempo libre, la ciudad o el país y, como era de esperarse, la seguridad ciudadana. Lo que más llamó mi atención es el nivel de satisfacción total con la vida. La población se mantiene consistentemente en niveles altos de 8.3, cuando en 2016 dichos niveles estaban en 8.0. De acuerdo a edad, los que viven con el mejor balance anímico son las personas entre 30-44 años y los mayores de 60. Los que menos, los de 18 a 29 años, lo que podría parecer paradójico ya que son los años cuando se tendría más energía y expectativas del futuro.

En general, los mexicanos se consideran afortunados, libres para decidir por sí mismos y que lo que hacen vale la pena. ¿Nuestro talón de Aquiles? Que cuando algo nos hace sentir mal nos cuesta volver a la normalidad. El contraste es importante. Prácticamente todos los rubros tienen niveles igual o mayor a 8, llegando incluso a 9.1, mientras que el rubro de auto impulsarnos cuando algo nos hirió está en 4.2. Más abajo aún se clasificaron los hombres (3.8) que las mujeres (4.5) quienes mostraron mayores niveles de resiliencia.

Este tipo de encuestas nos hacen ver que cuando expresamos sentimientos más negativos de nuestra situación social, política o económica y que por ende estuviéramos esperando que los mexicanos despertemos y hagamos un cambio, la realidad podría ser un poco distinta: la gente reporta estar contenta y satisfecha con su vida. Sin embargo, si encuestas más científicas sugirieran que sí estamos en un error, que nuestra realidad no es tan positiva y que conviene cambiar, entonces no es a través del discurso como la gente nos daríamos cuenta. Aunque externamente nos sumemos al discurso de insatisfacción, cambio y radicalidad, ya se ve que en el fondo la mayoría de la gente se siente bien y mantendrá sus preferencias y su estilo de vida económico, social y político.

*Héctor Ramírez Pérez es vicerrector de la Universidad Panamericana, Campus México

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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