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Tecnoestrés en la era de la IA generativa: Estrategias para el bienestar mental

31-05-2024, 6:00:00 AM Por:
Tecnoestrés en la era de la IA generativa: Estrategias para el bienestar mental
© Envato Elements

La adopción de la inteligencia artificial generativa puede detonar tecnoestrés en los colaboradores, de allí la importancia de contar con estrategias para mitigarlo.

Para nadie es secreto que la rápida evolución de la tecnología ha cambiado la forma en que trabajamos y nos relacionamos; y que uno de los avances más destacados de nuestro tiempo es la inteligencia artificial generativa (IAG), una herramienta que promete impulsar la eficiencia, la productividad y la innovación. Sin embargo, detrás de su conveniencia y sus bondades, se esconde un desafío importante para las organizaciones, los colaboradores internos y, por supuesto, los líderes empresariales; me refiero al tecnoestrés generado.

Aunque no es un fenómeno nuevo, el tecnoestrés se ha vuelto más común en los lugares de trabajo, y con la llegada de la IAG, el tema se ha intensificado. De acuerdo con una encuesta de Deloitte, el 62% de los líderes empresariales y tecnológicos se muestra entusiasmado con esta tecnología, pero el 30% aún siente cierta incertidumbre. Además, el auge de la inteligencia artificial en todas las industrias ha incrementado la ansiedad entre los trabajadores, quienes están preocupados por el uso ético, los riesgos legales y el posible desplazamiento laboral, según información de Ernst & Young.

En mi opinión, uno de los principales factores que contribuyen al tecnoestrés, asociado con la IAG, es la falta de comprensión y capacitación adecuadas. Los colaboradores se pueden llegar a sentir abrumados debido a la rápida adopción de estas herramientas sin una preparación adecuada; además, la dificultad de adaptarse y manejar esta tecnología, junto con el temor a ser reemplazados, puede generar inseguridad sobre su futuro en el lugar de trabajo, y con ello, ansiedad, estrés e incluso problemas de salud mental.

Cómo la tecnología afecta nuestra salud mental

Pero, ¿en qué consiste este fenómeno que está afectando el bienestar mental? El tecnoestrés se define como la tensión psicológica y fisiológica que experimentan las personas, debido al uso de la tecnología, especialmente cuando sienten que no pueden adaptarse y gestionar eficazmente las demandas tecnológicas de su entorno. El término fue acuñado por el psicólogo estadounidense Craig Brod, en 1984, para describir el estrés y la ansiedad resultantes del uso excesivo y constante de la tecnología.

Y es que, en la era digital, la tecnología se ha convertido en una parte integral de nuestras vidas; sin embargo, esta omnipresencia tecnológica también ha traído consigo una serie de circunstancias, entre los cuales destaca el tecnoestrés.

En el caso de IA generativa, su naturaleza cambiante y a menudo impredecible agrega un factor adicional que puede generar frustración y estrés entre los colaboradores porque, a diferencia de las herramientas tradicionales, la IAG puede requerir ajustes constantes y supervisión para garantizar resultados óptimos, lo que agrega presión adicional a quienes ya están lidiando con una carga laboral exigente.

Gestionando el tecnoestrés en la era de la IA generativa

Desde mi punto de vista, las organizaciones que estén implementando herramientas de IA generativa para mejorar el desempeño de sus procesos deben considerar cómo esta tecnología puede generar estrés en los colaboradores. Se trata de un tema al que debemos poner atención como parte del compromiso con el bienestar de los equipos de trabajo.

Analizando el tema, identifiqué ciertas acciones clave en las que las organizaciones pueden enfocarse para mitigar el problema.

Capacitación exhaustiva y continua sobre la IAG

En primer lugar, es fundamental promover un entrenamiento para que nuestros colaboradores se sientan cómodos y competentes al utilizar la IA generativa. La mejor manera de afrontar los temores relacionados con esta tecnología es probar las herramientas, identificar sus aplicaciones prácticas, informarse sobre su funcionamiento y comprender sus limitaciones. Este enfoque ayudará a transformar la percepción sobre la IAG, de una “pesadilla” a un recurso valioso para potenciar las habilidades profesionales.

Comunicación transparente

Otro punto que considero de importancia es comunicar con transparencia el papel que tendrá la IAG en la organización y cómo afectará las funciones laborales de todo el personal. Esto ayudará a reducir la incertidumbre y la ansiedad, permitiendo que los colaboradores se sientan más seguros y comprometidos con el proceso de adopción de la tecnología.

Información acerca de los beneficios, limitaciones y uso ético

Es necesario considerar las preocupaciones de los equipos de trabajo en torno a resultados inexactos, injustos o poco éticos impulsados por la IA. Las organizaciones deben asegurarse de proporcionar formación continua para que los colaboradores comprendan cómo funciona la IAG, sus ventajas y limitaciones; además, es esencial establecer normas éticas que regulen su uso, asegurando que se utilice de manera justa y equitativa.

Cultura laboral enfocada en habilidades humanas únicas

Finalmente, aunque no menos importante, debemos impulsar una cultura laboral que se valore y dé relevancia a las habilidades blandas, como la creatividad, la resolución de problemas y la colaboración. En lugar de temer a la IAG como un competidor, debemos enseñar a verla como una herramienta que puede potenciar las capacidades humanas y liberar de tareas tediosas y repetitivas, permitiéndonos enfocar nuestros esfuerzos en actividades más significativas y gratificantes.

Es cierto que la adopción de la IAG en los lugares de trabajo es inevitable y, en muchos casos, beneficiosa. Sin embargo, es necesario abordar los desafíos del tecnoestrés de manera proactiva para garantizar que nuestros colaboradores puedan adaptarse y ser productivos en un entorno laboral cada vez más tecnológico.

Es claro que la IAG seguirá avanzando y se hará más sofisticada, lo que hará inevitable la pregunta sobre si los humanos seremos obsoletos en el mercado laboral del futuro. Ante la ansiedad que esto pueda generar, y que además es comprensible, es importante que las organizaciones recuerden a sus equipos de trabajo que la tecnología, por sí sola, no puede reemplazar la creatividad, la empatía y la intuición humana, cualidades que siguen siendo esenciales en muchos ámbitos profesionales.

Al hacer esto, podemos aprovechar todo el potencial de la IAG mientras protegemos el bienestar y la seguridad laboral de nuestros colaboradores.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Director General de InfoSol. MBA y Consultor en Comunicación. Fue Vicepresidente en IBM México.

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