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Si a Estados Unidos le da gripa, ¿a México le dará pulmonía?

23-07-2024, 6:00:00 AM Por:
Si a Estados Unidos le da gripa, ¿a México le dará pulmonía?
© Reuters

Estados Unidos está dejando de ser el motor de nuestra economía, la cual, a su vez, se ralentiza. ¿Qué pasará cuando a nuestro vecino le dé gripa?

¿Por qué México no crece? Los datos demuestran que el crecimiento no es algo de lo que pueda presumir el gobierno saliente. Ahora mismo, la conversación se centra en el carácter y la formación científica de Claudia Sheinbaum, no en cómo impactará su estrategia continuista. Estados Unidos está dejando de ser el motor de nuestra economía, la cual, a su vez, se ralentiza.

El presidente Andrés Manuel López Obrador prometió una tasa de crecimiento económico alta, del 4 por ciento, pero la realidad es que el avance promedio del Producto Interno Bruto (PIB) revela un sexenio perdido. Deberíamos estar en pleno aprovechamiento del llamado nearshoring, con nuestro principal socio comercial creciendo.

Pero la tasa de crecimiento trimestral anualizada promedio de México desde 2018 es del 0.9 por ciento, muy por debajo del 2.1 por ciento de Estados Unidos, según compartió en su cuenta de X quien fuera el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), Robin Brooks.

Francisco Muciño | Alto Nivel

Peor aún, el crecimiento del PIB per cápita prácticamente será de cero, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR o compound annual growth rate) de apenas el 0.14 por ciento en el sexenio, solo por encima de las caídas que tuvieron los sexenios de Calderón (-0.13) y De la Madrid (-2.09), de acuerdo con Intercam, “el banco del nearshoring”.

Francisco Muciño | Alto Nivel

La gran brecha en el crecimiento de ambos países se torna en un asunto muy delicado ahora que la economía estadounidense está dejando de ser el motor que era para nuestra economía después de la pandemia de COVID-19. ¿Qué pasará cuando la economía norteamericana caiga en recesión? Seguirá siendo cierto eso de que cuando a Estados Unidos le da gripa, a México le dará pulmonía (no solo un “catarrito”).

El insostenible déficit fiscal

México es dependiente de la demanda de Estados Unidos, que adquiere el 85 por ciento de nuestras exportaciones, pero el propio Banco de México (Banxico) prevé una baja de ese aporte en los próximos trimestres y “podría desacelerarse más de lo anticipado si se profundiza la debilidad que prevalece en el sector manufacturero” del vecino del norte.

“Ello podría ocasionar que el bajo dinamismo de la producción manufacturera nacional se prolongue, limitando los efectos positivos de derrama que este sector tiende a mostrar sobre otros sectores de la economía”, se lee en la minuta de la reunión de la Junta de Gobierno del banco central publicada ayer.

Así, lo poco que estamos creciendo ya no depende en realidad de Estados Unidos, sino del gasto público interno que se está haciendo con cargo a la “tarjeta de crédito”, lo que es insostenible en el largo plazo, porque no se puede endeudar al país ilimitadamente.

Lo que le digo es que ese magro crecimiento que observamos se debe básicamente a las grandes obras de infraestructura de López Obrador, que este año le costarán al país un déficit fiscal del 5.9 por ciento del PIB, el más grande en más de tres décadas, desde el sexenio de Miguel de la Madrid.

Y es un déficit tan insostenible que el propio secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, se ha comprometido a reducirlo (que no a eliminarlo) al 3 por ciento el año próximo, o al 3.5 por ciento, según la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, quien –en cualquier caso– tiene ahí un reto mayúsculo.

Como podrá entenderse, solo hay dos caminos:

1) el gobierno continúa adquiriendo deuda, imprimiendo dinero y ejerciendo gasto, aunque sea insostenible a largo plazo, o bien

2) recorta el gasto. Esto último es improbable.

Y es que Sheinbaum también planea sus propias grandes obras, que incluyen tres nuevas rutas de trenes de pasajeros (AIFA-Pachuca, CDMX-Guadalajara y CDMX-Nuevo Laredo) y 100 parques industriales regionales, en cuya creación se requerirán subsidios y, por tanto, un gasto mayor. Lo anterior, sin contar los crecientes “apoyos sociales”, becas y pensiones que sumarán a la cuenta por pagar.

De continuar esa tendencia en el gasto, en algún momento las siempre tardías calificadoras de riesgo crediticio (Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings, las más grandes) podrían degradar la capacidad de pago de México, lo que provocaría a futuro una complicada crisis en el país que, en este espacio, consideramos como una cuestión de tiempo. Prepárese.

Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.

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autor Máster en Economía de la Escuela Austríaca; liberal, especialista del mercado del oro y editor del boletín de inversiones Top Money Report

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