¿Se acabó la ola de consumo post-Covid?
Algunas grandes empresas globales de varios sectores han lanzado las primeras alertas tanto en descenso de ventas como de sus utilidades.
Después de ‘El Gran Confinamiento’, se presentó una ola de consumo en el mundo, inesperada para prácticamente todos. Dicha ola de consumo impulsó las ventas de las empresas de todos tamaños, permitió que las economías se recuperaran en tiempo récord de la gran recesión causada por la pandemia de Covid, y generó una importante demanda de bienes y servicios que provocó un repunte inflacionario, también inesperado.
El mundo entró en un terreno desconocido, con alta inflación y tasas al alza, pero con crecimiento económico, impulsado por ventas crecientes de las empresas y una sólida demanda, que también permitió que los mercados laborales se fortalecieran incluso a pesar de fenómenos como “la Gran Renuncia”. En muchos países, incluyendo al nuestro, se registraron tasas cercanas al pleno empleo.
Este panorama podría cambiar en breve, o quizás ya empezó y estamos en las fases iniciales. La mala noticia es que no sería un cambio positivo si atendemos las primeras señales.
¿Terminó la demanda post-Covid?
Las empresas en el mundo han empezado a observar y reflejar recortes en sus utilidades, derivadas de menos ventas o menos demanda de sus productos.
Por ejemplo, Nestlé es la empresa del sector de alimentos más grande del mundo, una infinidad de marcas dentro de su portafolio alrededor del planeta está presente en casi todas las economías. Pero la empresa no tiene buenas noticias, apenas esta semana que está por finalizar recortó su perspectiva de ingresos para el presente año. Aunque Nestlé no lo dijo, es claro que un recorte de ingresos está ligado al descenso de la demanda de los productos que fabrica; es decir, menos ventas globales.
Otro ejemplo, Unilever, el gigante del sector consumo, reportó menos ventas globales para los próximos meses, no se trata de una empresa, está presente en los 5 continentes, es totalmente global y sus advertencias son para tomarse en cuenta.
Pero no solamente en el consumo tradicional vemos una tendencia decreciente, de acuerdo a las expectativas de las propias empresas. Stellantis es un corporativo dueño de marcas como Peugeot o Fiat, y recientemente avisó sobre futuros recortes de sus ganancias. La industria automotriz fue una de las más beneficiadas, después del regreso de las actividades por la demanda de automóviles que se generó, sustentado en la liquidez individual en países desarrollados e incluso emergentes.
Tesla tampoco tiene buenas noticias, uno de los íconos en el sector de los automóviles eléctricos reveló una caída del 46 por ciento de sus beneficios, al tiempo que avisó que las perspectivas para el resto del año no son mucho más favorables. Ford Motor Company también publicó resultados decepcionantes esta semana, al tiempo que Porsche advirtió sobre problemas en la cadena de suministro y posible reducción en sus ventas.
Los gigantes de la logística de última milla en Estados Unidos, UPS y FedEx, han advertido por su parte sobre bajos volúmenes en sus redes de entrega, analistas consideran que ya está en pleno enfriamiento el auge del consumo digital; es decir, un retroceso en el consumo.
Y si el recorte de ventas y ganancias en los sectores de consumo y automotriz es para encender las alertas, hay otros sectores igual de relevantes que tampoco tienen buenas noticias y que pueden confirmar una tendencia negativa para las economías.
Whirlpool es el gigante estadounidense del sector electrodomésticos, la empresa fundada en Michigan y con una historia de 113 años, ha advertido que sus ganancias para los meses siguientes serán menores, la razón es simple, esperan menor demanda de sus productos. Algunos analistas del sector señalan que esto bien podría ser el reflejo de una desaceleración, mientras que otros señalan que además podría estar ligado a una contracción en el consumo.
Y, por si fuera poco, otro sector más parece que estará en problemas en el plazo inmediato: las principales aerolíneas estadounidenses advierten que las tarifas aéreas reducidas ya están pesando sobre sus ingresos y beneficios, estas empresas de plano han empezado a repensar su modelo de negocio, según los analistas que cubren la industria, con impacto para el consumidor.
Si bien como aerolíneas de bajo costo la idea es justamente mantener los precios lo más bajo posible, tampoco podrían hacerlo a costa de sus utilidades y de una posible quiebra.
Por su parte, las grandes aerolíneas estadounidenses tuvieron que recurrir este verano a grandes descuentos para mantener los aviones llenos, porque su problema es que compraron demasiadas aeronaves en los últimos años, pensando que la demanda de vuelos en la era postpandemia iba a ser la nueva normalidad, pero últimamente parece que las cifras no marcan esa tendencia.
En este medio también hemos consignado los problemas que enfrenta la industria del lujo por la caída del consumo, lo que ha erosionado en parte algunas de las grandes fortunas de los multimillonarios en este sector.
LVMH, dueña de Louis Vuitton y Christian Dior, registraron resultados decepcionantes, debido en parte a la caída del consumo en mercados clave como China, donde los ricos dejaron de comprar moda de alta gama. Además, otras grandes firmas del sector como la alemana Hugo Boss y la británica Burberry, también reflejan descenso en la demanda de sus productos, y menos utilidades.
En general, hay señales de que se está enfriando el consumo post-Covid, no sabemos si es por un efecto de desaceleración ante las políticas monetarias de los bancos centrales, o un retroceso real de la demanda, o una combinación de estos y otros factores. Pero, seguramente no pasará mucho tiempo para tener más certezas sobre las causas.
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