¿Qué es el trabajo digno y por qué es tan escaso en México?
La creación de fuentes de empleo digno se ha estancado debido a la informalidad laboral y a la baja productividad, según un estudio de la OIT.
Las políticas para garantizar un trabajo digno a todas las personas en México y el mundo no han sido exitosas, y según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) los avances en este tema se han estancado, haciendo cada vez más escasas las fuentes de empleo decentes.
El trabajo digno o decente es un empleo productivo en el que el trabajador obtiene un ingreso que le permite satisfacer sus necesidades, cuenta con estabilidad laboral, prestaciones sanitarias y de seguridad social, igualdad de oportunidades y perspectivas para su desarrollo personal.
Es lo opuesto a la pobreza laboral, que se padece cuando los ingresos de una persona no son suficientes para pagar la canasta alimentaria de los integrantes de su hogar.
De acuerdo con el informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025, la OIT proyecta que, en el corto plazo, la economía mundial tendrá una desaceleración gradual, por lo que el mercado de trabajo no se recuperará al ritmo que requieren las naciones, lo que afectará especialmente las posibilidades para crear fuentes de empleo decentes.
Es por eso que la OIT considera que la escasez de empleo digno impedirá alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030.
Estas metas persiguen lograr en ese año el fin de la pobreza, garantizar la salud, la educación, y el trabajo digno; proteger el planeta; y contar con agua limpia y saneamiento, entre otras.
El lastre de la informalidad
Si bien México ha registrado algunos avances en dichos objetivos, estos no incluyen el crecimiento del empleo digno, ya que en nuestro país el 54.6% de la Población Económicamente Activa labora en la informalidad.
Es decir, 32.5 millones de mexicanos no cuentan con un trabajo digno porque se desempeñan en el sector informal, sin prestaciones ni seguridad social. Este es el principal elemento que explica la escasez de trabajo digno en México, pues si la informalidad laboral no disminuye, las fuentes de empleo decentes no aumentan.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) los niveles más altos de informalidad en nuestro país se presentan en Oaxaca (81.1% de la Población Económicamente Activa); Guerrero (78.6%); Chiapas e Hidalgo (70.9%); Puebla (70.1%); Tlaxcala (69.5%); Veracruz (66.5%); Morelos (65.7%), Michoacán (65.4%) y Tabasco (62.1%).
“Los niveles de informalidad y pobreza laboral volvieron a ser los de antes de la pandemia (de Covid-19), tras lo cual la recuperación del empleo ha perdido impulso para generar nuevas mejoras”, apunta el estudio de la Organización Internacional del Trabajo.
A su vez, en América Latina las altas tasas de empleo informal, que en promedio son del 52%, han contribuido al bajo crecimiento de la productividad en la región, lo que también ha incidido en la poca creación de puestos de trabajo dignos, añade el reporte.
Bajo esa perspectiva, el trabajo decente y el empleo productivo son aspectos clave para alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible 2030. Por ende, el aumento de la productividad es una de las formas de lograr más y mejores empleos.
Otros problemas a considerar
El estudio de la OIT señala que las tensiones geopolíticas, el aumento en los costos derivados del cambio climático, y los problemas de deuda sin resolver en las naciones, “están sometiendo a presión a los mercados laborales”.
Aunque la inflación ha disminuido, esta sigue siendo elevada, lo que reduce el valor de las percepciones de los trabajadores. “Los salarios reales sólo han aumentado en algunas economías avanzadas, y la mayoría de los países aún se están recuperando de los efectos de la pandemia y la inflación”, dice el informe.
Ante este escenario que es poco alentador, la Organización Internacional del Trabajo recomienda la implementación de las siguientes políticas:
- Aumentar la productividad
Invertir en formación, educación e infraestructuras para apoyar el crecimiento económico y la creación de empleo digno.
- Ampliar la protección social
Proporcionar un mejor acceso a la seguridad social y a unas condiciones de trabajo seguras para reducir la desigualdad.
- Utilizar eficazmente los fondos privados
Los países de renta baja pueden aprovechar las remesas y los fondos de la diáspora para apoyar el desarrollo local.
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Surya Palacios Periodista y abogada, especialista en análisis jurídico y de derechos humanos. Ha sido reportera, conductora de radio y editora.