Pemex y CFE vuelven a ser empresas públicas: ¿qué implicaciones tiene?
Tras la reforma aprobada por Diputados, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han dejado de ser Empresas Productivas del Estado.
Tras la reforma aprobada el 10 de octubre en la Cámara de Diputados, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) han dejado de ser Empresas Productivas del Estado, estatus que obtuvieron en 2014 tras la reforma energética, para regresar a ser Empresas Públicas. Este cambio trae consigo importantes implicaciones para la industria y el país en general. Aquí algunas de las más relevantes:
1. Servicio público sobre el mercado
La principal implicación inmediata es que ambas empresas ahora priorizarán el servicio público por encima de criterios de mercado. Su función será garantizar el suministro energético a nivel nacional, sin tener en cuenta costos o utilidades, enfocándose en el servicio a la población como su principal misión.
2. Mayor opacidad en las finanzas
Aunque Pemex y CFE han reportado información financiera por años, el nuevo estatus les permitirá mantener en secreto datos que consideren sensibles para la seguridad nacional o los intereses del Estado. Esto podría significar menos transparencia en su operación.
3. Pemex y la producción nacional
Para Pemex, las metas de producción estarán enfocadas en satisfacer la demanda nacional, y no en su papel dentro del mercado internacional. Esto podría derivar en que no se publiquen cifras claras de producción ni objetivos específicos, salvo que el gobierno decida hacerlo.
4. CFE, predominio en el mercado eléctrico
Con su nuevo estatus, la CFE tendrá el 54% del mercado de generación y distribución de electricidad, mientras que el 46% restante podrá ser operado por privados. Aunque esta preponderancia es positiva para la empresa, no necesariamente implica mayor eficiencia.
5. Modificación de leyes secundarias para Pemex
Es muy probable que se elimine el Derecho de Utilidad Compartida (DUC), ya que Pemex, al ser empresa pública, no estará obligada a generar utilidades. Cualquier ingreso generado será administrado por el gobierno mexicano.
6. Absorción de la deuda de Pemex
Es muy posible que el Estado absorba la deuda de Pemex, que asciende a 100,000 millones de dólares. Dado que el gobierno es su garante financiero, esto se vuelve más viable ahora que es una empresa pública.
7. Presupuesto y apoyo financiero del Estado
A partir de 2025, las inversiones y apoyos a Pemex y CFE se integrarán al presupuesto general de la nación, un proceso que ya ocurre en cierta medida con Pemex al depender de los ingresos petroleros estimados.
8. Fin de las rondas petroleras
Con el retorno del control absoluto del Estado sobre los recursos naturales, las rondas petroleras quedan canceladas. Esto también marca el fin de la reforma energética de 2014.
9. Inversión estatal en Pemex y CFE
Las inversiones en ambas empresas vendrán principalmente del Estado. Al menos en el corto plazo, será difícil ver asociaciones con el sector privado, especialmente dado el actual entorno de incertidumbre en el poder judicial y el estado de derecho.
10. Peores condiciones para Pemex y CFE
Pemex y CFE vuelven a manos del Estado en peores condiciones que cuando se convirtieron en Empresas Productivas. Por ejemplo, cuando Pemex cambió su estatus en 2014, producía 2.5 millones de barriles diarios, mientras que ahora su objetivo es apenas de 1.8 millones, además de ser la petrolera más endeudada del mundo. Recuperar su capacidad productiva requerirá enormes inversiones, que vendrán del erario público.
El regreso de estas empresas a manos del Estado busca recuperar la soberanía energética, una meta heredada del gobierno anterior. Sin embargo, alcanzar ese objetivo será un proceso largo, complejo y muy costoso para el país.
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