Inflación, el peligro que viene
La única escapatoria del “agujero negro” de la inflación es la “autodefensa” financiera: aumentar nuestros ingresos e invertir para maximizar nuestros rendimientos.
La inflación es quizás el peor de los males económicos al que nos hemos acostumbrado. Para prácticamente todos ya es “normal” que los precios suban. Ni siquiera nos imaginamos un escenario realista en el que los alimentos, las medicinas, energéticos, etc., bajen de precio o se estabilicen por un tiempo prolongado.
Sí, es cierto que ya estamos muy lejos de las inflaciones de los años setenta, ochenta y noventa del siglo pasado, pero eso no significa que las “bajas” inflaciones anuales del México del siglo XXI, sean un consuelo. ¡No lo son!
De hecho, la meta autoimpuesta del Banco de México (Banxico) – institución cuyo objetivo principal es el de preservar el poder adquisitivo del peso-, de lograr un rango de inflación anual de 3 por ciento, con un margen de error de más/menos 1 punto porcentual, nos ha llevado a acumular una inflación de 128.14 por ciento de enero de 2001 a enero de 2021. ¡Brutal!
Lo anterior, sin contar que la inflación no es igual para todos, por la razón obvia de que no compramos lo mismo, ni al mismo tiempo, tampoco en los mismos sitios ni en iguales cantidades.
Dicho de otro modo, es muy probable que nuestra “inflación familiar” sea mucho más alta que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), lo que nos condena a una carrera permanente entre ingresos y pérdida de valor del dinero de la que no es fácil escapar.
Los más afectados son quienes dependen de un ingreso fijo (empleados), pues sus expectativas de lograr incrementos en sus sueldos y salarios son más limitadas.
Aquellos que no son capaces de aumentar lo que ganan a una velocidad mayor de lo que aumenta la inflación, sufren una erosión más o menos rápida de su nivel de vida: cada día les alcanza para menos, tienen que cambiar – de los productos que solían comprar- a otros de menor calidad y/o precio, o consumir menos. En todos los casos, el empobrecimiento es la constante.
¿Cuál es entonces el incentivo para ahorrar dinero en un país como el nuestro? ¡Ninguno! No existe.
Al contrario. Los habitantes de un país en el que la inflación es un problema permanente (sin importar que sea “baja”) tienen todos los estímulos puestos para gastar el dinero tan pronto como lo reciben. ¡Y eso es lo que no hay que hacer!
¿Eso significa que debemos ser irresponsables con nuestras finanzas y gastar todo lo que ganamos o más, mediante la deuda? Por supuesto que no.
Lo que quiere decir es que no debemos ahorrar ni invertir nunca (salvo para nuestro “fondo de emergencia” y compras de oportunidad en buenas inversiones que se nos presenten) en moneda nacional.
En cambio, los ahorros – fruto siempre de sacrificar consumo presente con miras a disfrutar de ellos en el futuro con un poder de compra aumentado-, sí deben gastarse también, PERO en activos de valor que se apreciarán con el paso del tiempo. ¡Es la única forma!
Quien ahorra o invierte en moneda nacional y/o en activos denominados en ella, pasará muy probablemente una vida financiera más complicada que aquellos que encuentran la manera de generar ingresos a gran velocidad, y que son capaces de colocar sus ahorros en bienes refugio de valor.
Estancamiento con inflación, el peor escenario por venir
Como podrá entenderse, el que haya inflación va en contra del progreso.
El problema es que, con las expectativas actuales, la inflación comienza a empeorar sus pronósticos sin que la economía – medida por el Producto Interno Bruto (PIB)- tenga un crecimiento siquiera similar.
Según datos del INEGI, tanto la inflación mensual (comparando enero 2021 con diciembre 2020) como la anual (comparando enero 2021 con enero 2020), aumentaron 0.84 y 3.54 por ciento, respectivamente. El repunte indica en todos los casos que la tendencia de los precios es al alza, mientras que el PIB desde la actual administración federal, no ha dejado de contraerse.
Más que crecer y recuperar lo perdido durante la crisis por la pandemia de COVID-19, a lo que más podremos aspirar en México es a dejar de caer, o sea: a un estancamiento con inflación. Más pobreza para la mayoría, más riqueza para una minoría que invierte.
La única escapatoria de este “agujero negro” empobrecedor es la “autodefensa” financiera, esto es, aumentar nuestros ingresos por empleo y/o negocios, e invertir para maximizar nuestros rendimientos. Con el gobierno actual, esperar que corrijan el rumbo y hagan bien las cosas, es una mala idea.
Nota del editor: Este texto pertenece a nuestra sección de Opinión y refleja únicamente la visión del autor, no necesariamente el punto de vista de Alto Nivel.