Las tasas de interés reales en México ‘discriminaron’ al inversionista
Mientras algunos se vieron beneficiados, otros padecieron lo mismo de siempre y registraron deterioro de sus recursos.
Este año 2022 trajo consigo un importante beneficio para los inversionistas, aunque no para todos. El impulso de la inflación y, con ello, el de las tasas de interés, llevó a las llamadas tasas reales (aquellas que se pagan una vez descontado el efecto de la inflación), a ubicarse en terreno positivo; es decir, el rendimiento real fue superior a la inflación.
Sin embargo, el beneficio no fue generalizado. No todos los inversionistas recibieron estas tasas reales positivas aunque hayan invertido en el mismo instrumento, claramente existen diferencias entre los que invierten con mecanismos diferentes.
Aquí están las diferencias entre inversionistas por las que no todos recibieron el mismo beneficio.
Inversionistas asesorados, con estrategias definidas y algo de conocimientos
Los inversionistas que tienen sus recursos en instituciones que cuentan con asesoría personal y especializada (generalmente casas de bolsa y fondos de inversión) pudieron disfrutar de este beneficio debido a que, ante el repunte de la inflación, ellos empezaron a posicionarse en el mercado de dinero con instrumentos directos como Cetes y algunos bonos. Cabe mencionar a aquellos que cuentan con ciertos conocimientos, aunque sea modestos, y que saben que por cuenta propia pueden acceder a instrumentos como Cetes Directo, que paga tasa de Cete sin intermediarios y sin necesidad de grandes montos, como si invirtieran por medio de una institución.
Por ejemplo, en este momento este mecanismo de Cetes Directo paga una tasa de rendimiento de 9.80 por ciento anual, 200 puntos base superior a la inflación de 7.80 por ciento que se dio a conocer la semana pasada para el mes de noviembre.
En términos generales. casi todo el año fue la misma tónica: a partir de marzo el mercado de dinero empezó a pagar tasas de rendimiento superiores a la inflación, lo que benefició en términos reales a quienes se posicionaron en instrumentos como Cetes directo, y lo siguen haciendo.
Como vimos, no es necesario que un inversionista cuente con grandes recursos, basta con tener algo de conocimientos o estar bien asesorado para sacarle jugo a las inversiones, y sobre todo evitar que el dinero pierda valor con el tiempo.
Inversionistas al menudeo
La misma historia: lamentablemente en México todavía existen muchos inversionistas que sacrifican la rentabilidad de sus inversiones a cambio de seguridad, a pesar de que hoy existen mecanismos que garantizan precisamente las dos cosas: rentabilidad y seguridad.
Con esas dos premisas, muchos mantienen sus recursos en los tradicionales pagarés bancarios, que provocan erosión del dinero en términos reales. Las cifras son para asustar a cualquiera porque el deterioro del dinero en estos instrumentos es muy alto.
El promedio del rendimiento de las inversiones en un pagaré bancario a 28 días, el más líquido del mercado, se ubicó durante 2022 en 2.78 por ciento anual, una tasa de rendimiento sumamente baja comparada con los niveles máximos de inflación que se registró en México, de hasta 8.70 por ciento. Ahora mismo la inflación, pese a que ya bajó, alcanza niveles de 7.80 por ciento.
Para el caso de los pagarés bancarios a 355 días, equivalente a un año, su rendimiento promedio se ubicó en 3.85 por ciento, a todas luces inferior a los niveles inflacionarios registrados en este año.
Claramente los inversionistas que se mantuvieron en inversiones bancarias, los famosos pagarés, no pudieron evitar que sus recursos perdieran valor en términos reales toda vez que la inflación fue muy superior a los rendimientos que obtuvieron. Lo peor, es que al final del día estos pagarés generan otros negocios que sí producen mayores rendimientos, ya que los bancos prestan dichos recursos a tasas mucho muy superiores, o bien los invierten en instrumentos gubernamentales, pagarés o bonos, que les pagan tasas también muy superiores.
En este año 2022 se observó el beneficio de que existen mecanismos como Cetes Directo, así como instituciones especializadas en gestión de recursos financieros, lamentablemente la escasa cultura financiera de nuestro país y la desconfianza, provocaron que las tasas reales discriminaran a los inversionistas; en los hechos, ellos solos se discriminaron.
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