28 años después, ¿la banca mexicana está de nuevo en riesgo?
En 1995 el sistema bancario nacional enfrentó la quiebra; hoy podemos decir que está en una situación de menor vulnerabilidad, pero no exenta de riesgos.
La banca mexicana pasa por su segunda crisis en el periodo posterior a la reprivatización, que concluyó en 1992; son 28 años en los que sin lugar a dudas el gran momento de riesgo fue la crisis de 1995 porque fue tan severa que reconfiguró el sistema bancario nacional por completo, provocó la desaparición de varias instituciones y se inició el proceso globalizador que tiene a la banca mexicana como una de las más globalizadas en la actualidad.
El momento actual es de riesgo, no hay duda, sobre todo por la profundidad y duración de la crisis, aunado al hecho de que, por el lado gubernamental, definitivamente no habrá apoyo de ningún tipo de las empresas, para que estas a su vez mantengan las fuentes de trabajo y con ello evitar que la falta de pagos de los clientes a los bancos no se vuelva una constante.
Sin embargo, gracias a que se ha hecho la tarea por varios años en el sistema bancario, el Paquete de Medidas para Reestructuración de créditos anunciado el pasado miércoles 23 de septiembre, es muy diferente al que hace 25 años debieron implementar las autoridades financieras y monetarias de entonces para no solamente salvar al sistema bancario de entonces, sino al sistema de pagos nacional y evitar la quiebra total del país.
Estos son los comparativos, para ello utilizamos en algunos párrafos las consideraciones originales de aquel programa lanzado hace ya 25 años, un cuarto de siglo después la banca mexicana vuelve a enfrentar una situación de riesgo.
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Las dos grandes diferencias
Además de las consideraciones que pondremos más adelante, básicamente existen dos grandes diferencias entre la situación de riesgo que enfrenta la situación de riesgo actual el sistema bancario mexicano, respecto al que enfrentó hace 25 años, son las siguientes:
1. El origen de la crisis (1995 México quebrado, 2020 crisis global)
En 1995, la causa de la crisis fue totalmente interna, y eso llevó a una situación de extrema vulnerabilidad al sistema financiero mexicano, ya que luego de la devaluación del peso, las tasas de interés se multiplicaron casi 10 veces, con lo que todos los créditos se volvieron impagables. En los hechos, el sistema bancario mexicano enfrentó una virtual quiebra.
Banco de México (Banxic) oresumió de esta forma lo que sucedió y cómo impactó a los bancos esta crisis, lo hizo en su Informe Anual 1995, del que recuperamos algunas partes para nuestros lectores.
“Durante 1995, la economía mexicana sufrió la crisis más severa ocurrida desde la década de los años treinta. La interrupción repentina de los flujos de capital del exterior hacia México a finales de 1994 e inicios de 1995, sumada a la consecuente devaluación de la moneda nacional, impusieron a la economía del país un ajuste doloroso pero inevitable. Cabe señalar que uno de los factores críticos fue la débil situación del sistema financiero, resultado en buena medida del previo sobreendeudamiento de un número importante de familias y empresas mexicanas.
“La devaluación causó de inmediato un significativo repunte de la inflación y de las expectativas inflacionarias, lo que, aunado a la disminución de los flujos de capital, dio lugar a tasas de interés muy elevadas, tanto reales como nominales. Es pertinente subrayar que estos fenómenos resultaron de la reversión de las corrientes de capital, la devaluación, las expectativas de mayor inflación, el alza de las tasas de interés y la caída de la demanda agregada”, explicaba el Banxico en aquellos años.
2. Bancos sólidos en la actualidad, capitalizados:
En 1995, los bancos apenas tenían 3 años de haber sido reprivatizados, alguno un poco más pero no mucho. Eso significaba que las instituciones tenían que expandir sus operaciones a todo lo que diera para recuperar a la brevedad posible las inversiones realizadas por quienes los adquirieron; el tema sobre su elevado costo lo trataremos en otra ocasión, pero la única forma de que los bancos recuperaran el costo de su reprivatización era mediante la expansión del crédito.
Mucho se ha señalado en el sentido de que la crisis de 1995 tomó a muchas familias mexicanas sobreendeudadas, lo cual es correcto, dicho endeudamiento fue letal cuando las tasas de interés se dispararon, no solamente para los deudores, sino también para las instituciones bancarias que se habían vuelto laxas en el otorgamiento del crédito.
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¿Cuál es el panorama este año?
El panorama en 2020 es sustancialmente diferente. Los mecanismos de contención y prevención que se implementaron a lo largo de los años han permitido que no haya sobreendeudamiento familiar, al menos eso dicen las cifras. Es una situación completamente distinta a la de hace 25 años. Sobra decir que los bancos en aquella época tenían niveles de capitalización muy por debajo de los actuales. La situación de riesgo que hoy existe en el sistema bancario aparenta ser mucho más manejable, en algunos meses sabremos si es cierto eso y qué tanto margen de maniobra tienen los bancos para soportar una crisis más larga.
Existen otras circunstancias en las que no se parece la crisis bancaria de 1995 a la situación de riesgo del sistema bancario en 2020; enseguida reproducimos las medidas del Programa de Saneamiento Bancario y de Apoyo a los Deudores, implementado en 1995 y hacemos algunas comparaciones con el panorama actual.
1) Fortalecimiento del Marco Regulatorio con Fines Prudenciales. Hacia finales de febrero de 1995, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dispuso el establecimiento de un sistema más estricto de constitución de reservas para créditos en problema actual o potencial.
Escenario 2020: Marco regulatorio sólido y con estándares internacionales.
2) Programa de Capitalización Temporal (PROCAPTE). La devaluación del peso de finales de 1994 incrementó considerablemente el valor en moneda nacional de los créditos bancarios denominados en moneda extranjera. En consecuencia, en algunas instituciones el coeficiente capital/activos descendió por debajo del mínimo establecido en la normativa.
Escenario 2020: Instituciones sólidamente capitalizadas
3) Financiamiento en Moneda Extranjera. El propósito de este programa fue el de detener, y eventualmente revertir, la corrida que se suscitó durante los primeros meses del año contra las obligaciones externas de los bancos comerciales.
Escenario 2020: Bancos no requieren apoyo de la autoridad con créditos en moneda extranjera
4) Intervención de Instituciones de Crédito. En 1995, seis instituciones fueron intervenidas por la CNBV y/o recibieron apoyo de FOBAPROA: Banpaís, Banco Obrero, Banco de Oriente, Banco del Centro, Banco Interestatal y Banco Inverlat. Además, Banco Unión y Cremi, instituciones que fueron intervenidas en 1994, recibieron créditos de FOBAPROA durante 1995.
Escenario 2020: Hasta ahora ningún banco ha sido intervenido por problemas de capitalización (Caso Famsa fue distinto); el sistema de alertas tempranas funciona y el IPAB es el organismo encargado de gestionar eventuales intervenciones y liquidaciones bancarias.
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5) Programa de Fortalecimiento de Capital con Compra de Cartera. A lo largo del año 1995 se aplicaron medidas adicionales tendientes a que las instituciones bancarias se fortalecieran.
Escenario 2020: No existe ni está previsto un mecanismo similar en la actualidad, los bancos realizan la administración de su cartera en forma integral y son responsables de sus resultados.
6) Reestructuración de Créditos en Unidades de Inversión. Las autoridades, conscientes de la problemática que enfrentan los deudores para cumplir con el pago de los créditos a su cargo, diseñaron un programa de reestructuración de adeudos en Unidades de Inversión (UDIs).
Escenario 2020: El mecanismo de reestructuración de créditos considera elementos como menores tasas de interés, extensión del plazo de pago, y menores cuotas. se estima una reducción de la deuda de hasta 25 por ciento del monto adeudado.
7) Acuerdo de Apoyo Inmediato a Deudores de la Banca (ADE). Para disminuir el impacto de la elevación de las tasas de interés sobre las deudas, en septiembre de 1995 se estableció el Acuerdo de Apoyo Inmediato a Deudores de la Banca (ADE). Este programa se enfocó principalmente a reducir las tasas activas nominales aplicables a los acreditados en los rubros de tarjeta de crédito, créditos al consumo, créditos empresariales, agropecuarios y para la vivienda, y a promover reestructuraciones de los créditos a plazos mayores.
Escenario 2020: Este probablemente sea una de las pocas coincidencias entre los escenarios de 1995 y 2020, aunque incluido en las medidas generales que se anunciaron este año y no como un programa especial gubernamental.
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