Langosta, de platillo popular a sofisticado manjar
¿En qué momento se volvió tan selecto este crustáceo que las colonias británicas en EU veían como conchas en la arena? Hoy es un platillo irresistible.
No es necesario que sea una ocasión especial para que te des el gusto de comer langosta. Red Lobster te invita a su mes a probar los muchos sabores de este manjar.
Es muy curioso, pero hubo un tiempo en que las langostas eran demasiado abundantes que la gente se cansó de comerlas. Según se cuenta, los pobladores de las colonias británicas en América solían encontrar enormes montículos de mariscos a lo largo de la costa de Massachusetts, en Estados Unidos.
Eran tan copiosos los crustáceos y moluscos que hallaban, que hasta los niños podían pasar unas pocas horas de pesca y regresar a sus casas con cubos llenos de camarones, cangrejos, almejas y muchas langostas.
Fue hasta finales de 1800 cuando la langosta se empezó a apreciar de un modo diferente en el mundo culinario. La versatilidad del platillo se fue descubriendo poco a poco cuando algunos chefs empezaron a servirla en los restaurantes de los ferrocarriles, los cuales eran el medio de transporte habitual de aquella época.
Quienes no conocían la langosta (como alimento) se dejaron atrapar por un sabor que calificaron simplemente como delicioso, y aquellos que ya estaban acostumbrados al platillo abrieron su paladar a las nuevas maneras de preparación.
Conforme pasó el tiempo, la langosta comenzó a aparecer en los menús de los restaurantes y bares más concurridos por los aristócratas. Su popularidad decayó un poco durante la Gran Depresión, pero una vez superada esa crisis económica mundial (que se prolongó hasta la década de 1930), volvió a convertirse en un platillo de moda y hasta adquirió un toque de sofisticación.
Vianda exquisita
Hoy la langosta es un manjar irresistible.Y si buscas dónde comerla en la ciudad de México, te recomiendo saciar tu apetencia en Red Lobster Santa Fe.
Se trata de la famosa cadena estadounidense de restaurantes de Grupo Darden, propietario también de otras marcas, como Olive Garden y The Capital Grille. Solo de Red Lobster, el grupo opera 700 restaurantes en Canadá y Estados Unidos. La primera unidad se inauguró en 1968 en la ciudad de Lakeland, Florida.
La idea de su fundador, Bill Darden, era popularizar los mariscos y los pescados entre los comensales estadounidenses. Por eso creó un concepto ‘muy marinero’, como el de las casas ancladas a las orillas de los puertos, de ambiente muy casual.
En México, Red Lobster abrió sus puertas hace unos meses dentro del centro comercial Patio Santa Fe, al poniente de la ciudad de México. “Nuestro concepto es igual al de los restaurantes que hay en Estados Unidos”, dice Edgar Román, director de operaciones de Red Lobster en nuestro país.
“Al principio, teníamos un poco de miedo de que la gente no aceptara el concepto, sobre todo porque los mexicanos están muy acostumbrados a comer mariscos, preparados conforme a las recetas tradicionales de los distintos estados de la República Mexicana”, comenta.
“Sin embargo –agrega–, nos dimos cuenta de que los mexicanos están bastante familiarizados con Red Lobster. Sí se han tropicalizado algunas de nuestras recetas, pero en esencia el menú es exactamente el mismo que el que se sirve en las mesas estadounidenses.”
La frescura del mar
Román explica que en Estados Unidos, Red Lobster es líder en seafood. “Su lema es: ‘comer langosta’, es decir, que la gente sepa que puede ir a un lugar con la especialidad en este platillo sofisticado”.
“En México lo que estamos haciendo es ofrecer diversos platos de langosta o de cangrejo de Alaska a un precio accesible. He investigado y generalmente la langosta es uno de los platillos más costosos en la carta de otros restaurantes”, dice.
Uno de los platillos clásicos de este espacio culinario es el Live Maine Lobster, langosta de Maine preparada con relleno de cangrejo y mariscos, al vapor o asada.
Además, el concepto de Red Lobster permite que los invitados puedan crear su propio platillo. La opción se llama: create your own feast, bajo la cual los platos fuertes de su carta pueden acompañarse con una garden salad y todos los cheddar bay biscuits que deseen. Estos panecillos se hornean al momento y se preparan con recetas especiales de la casa.
“Nuestra carta está dividida en langosta y cangrejo, en platillos de camarón y platillos de pescado. Por ejemplo, tenemos: cangrejo con linguini Alfredo, cola de langosta rock, patas de cangrejo snow, crema de langosta, sopa de almejas New England, camarones jumbo Parrot Isle con coco y cacerola de camarones al estilo Chesapeake, entre otras sugerencias”.
Es de resaltar el plato de atún sellado, el cual no lo tienen en los restaurantes de Estados Unidos, pero que se incluye en México por ser una de las recetas más solicitadas por los mexicanos. También es importante mencionar que, aunque la especialidad de Red Lobster son la langosta y los mariscos, su menú no descarta los cortes de carne ni el pollo. De esta manera, su oferta culinaria agrada hasta al más exigente de los paladares.
“Red Lobster no es una marisquería como tantas que abundan en la ciudad de México, sino un restaurante casual dining que le ofrece a los comensales la memorable experiencia de degustar la frescura de la comida del mar”, enfatiza Román. El plan es que este sea el primero de ocho restaurantes de la marca que abrirán en México en los próximos cinco años.
Para Red Lobster, los puertos pesqueros del estado de Maine son su inspiración. Seafood differently! (see food differently) es el juego de palabras con el que nos invitan a sentarnos a la mesa a probar deliciosas opciones de frutos de mar, preparados a la leña y otras recetas de la casa.