¿Es viable pagar pensión a mexicanos en EU, como plantea Sheinbaum?
En Estados Unidos viven alrededor de 2 millones de migrantes mexicanos mayores de 65 años.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció que su gobierno analiza la posibilidad de otorgar una pensión a todos los adultos mayores de 65 años que viven fuera de nuestro país, concretamente en Estados Unidos.
Sin dar cifras de cuántos serían los beneficiados ni datos concretos sobre cuánto sería el monto de la pensión a otorgar en caso de que se concrete, ni los mecanismos para hacer llegar los recursos, la mandataria explicó que su gobierno quiere proteger a los mexicanos que laboran fuera de México. Aunque sí dijo que analizan incluirlos en el sistema de pensiones universales, impulsado desde el gobierno pasado.
De acuerdo con cifras de la Red Nacional de Jornaleros, que se han publicado en años pasados, en Estados Unidos viven alrededor de 2 millones de migrantes mexicanos que son mayores de 65 años.
Mientras tanto, en México el programa impulsado por el gobierno anterior, denominado Pensión del Bienestar, contempla hasta ahora a alrededor de 12.2 millones de adultos mayores, quienes reciben una pensión bimestral de 6,000 pesos, pero las reglas de operación de la Pensión Bienestar indican que las personas mexicanas que viven en el extranjero no pueden tramitar el programa, ya que uno de los requisitos para inscribirse es vivir en México.
El otro gran problema, quizás el más importante, está ligado al tema presupuestal. La propia presidenta reconoció que se trata de un tema complejo en estos momentos para las finanzas mexicanas, aunque añadió que de todos modos están revisando y analizando la posibilidad de otorgar las pensiones a los adultos mayores que viven fuera de México.
Danza de cifras
En efecto, el tema presupuestal es complejo en estos momentos, considerando que los programas sociales del gobierno anterior, si bien beneficiaron a una parte importante de la población, ha provocado, entre otras cosas, un aumento en el déficit fiscal para este 2024, que llevó a realizar ajustes presupuestales para el año siguiente. En otras palabras, los recursos son escasos.
Y es que no se trata de cantidades modestas: Si llega a prosperar la propuesta que se analiza en estos momentos, el gobierno federal requeriría alrededor 12,000 millones de pesos (alrededor de 600 millones de dólares), adicionales cada bimestre para pagar la beca a los aproximadamente 2 millones de mexicanos adultos mayores que viven fuera del país.
Los recursos necesarios ascenderían a 48,000 millones de pesos anuales, equivalentes a 2,400 millones de dólares. Esta cifra se convertiría además en una partida presupuestal permanente y adicional, con cargo a las finanzas públicas nacionales, que ya de por sí tendrán cargas extras con las becas escolares prometidas por el gobierno actual, más las becas para mujeres de 60 a 64 años.
Pensión copeteada
Una alternativa que mencionan los analistas consiste en utilizar el Fondo de Pensiones para el Bienestar, que se utiliza para “copetear” las pensiones de los trabajadores que ganan hasta un tope de 16,777.77 pesos. Aunque, el primer obstáculo consiste precisamente en que este fondo paga pensiones a trabajadores que laboren en México y no fuera del país, además de que los complementos laborales son muy distintos al programa de pensiones universales que consisten en el pago de una pensión por el simple hecho de contar con una determinada edad, en este caso 65 años.
Sin embargo, no se descarta tampoco, considerando que este fondo en realidad es más discresional al ser manejado por el gobierno y con una mayoría legislativa a favor del gobierno en ambas cámaras, se pueden modificar las reglas de operación sin problema.
Pero el otro problema consiste precisamente en que dicho fondo no contaría con los recursos necesarios para enfrentar un gasto adicional de tal magnitud, sus fondos serían mermados de manera importante y acelerada, ante lo cual necesitaría de flujos o fuentes de recursos adicionales y también permanentes, algo que por ahora no está contemplado.
Como sabemos, las fuentes de financiamiento del Fondo de Pensiones para el Bienestar son por ahora muy inestables, excepto una, la de los flujos que por ley deben entregar las Afores a este fondo de los trabajadores de 70 años en el caso del IMSS y 75 años en el caso del ISSSTE, que no se han pensionado.
Las otras fuentes de financiamiento del Fondo de Pensiones para el Bienestar en realidad son muy inestables, para llamarlas de alguna manera. Por ejemplo, se habla de las utilidades de empresas como Mexicana de Aviación, pero no se sabe cuándo dicha empresa tendrá utilidades; o un porcentaje de lo que recupere y venda el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, algo totalmente insuficiente y poco constante.
Un tema adicional consistiría en el hecho de que, si llegaran a realizarse este tipo de cambios, el sistema de pensiones mexicano seguiría convergiendo hacia un modelo híbrido, pero cada vez más cerca de un modelo de reparto como antaño, con todos los problemas que se derivaron a lo largo de los años y que provocó la llegada de modelos como el de cuentas individuales en las Afores, para reducir la carga financiera al gobierno y evitar una crisis fiscal, lo que finalmente podría llegar a concretarse, junto con sus efectos devastadores para las finanzas del país.
En suma, si bien la propuesta de reforma universal para adultos mayores que viven fuera de México es loable, como debe serlo un programa social en este sentido, la gran traba presupuestal es un tema que por ahora reduce la posibilidad de que suceda en el corto plazo, los montos requeridos en momentos tan complejos para las finanzas nacionales como los actuales, especialmente por el abultado déficit fiscal, son muy altos y complicados de obtenerse, el presupuesto del país ya no tiene tanto margen como otros años ni contamos con los “guardaditos”, que pudieran compensar los ajustes que se hicieran.
Los analistas consideran que en el corto plazo será complicado implementar la pensión para adultos mayores que viven en Estados Unidos, pero no dudan que, al poner el tema sobre la mesa, el gobierno busque los mecanismos que le permitan obtener los recursos para llevar a cabo el plan, un temor consiste en que sigan tomando recursos de las Afores para planes de este tipo, que significan en la práctica modelos de reparto que ya probaron su fracaso en el mundo entero.
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