Así es el proyecto que generará energía para el Metro de la CDMX
La planta de termovalorización que construirá el consorcio encabezado por la firma francesa Veolia será el mayor proyecto en su tipo en América Latina, pero enfrenta argumentos políticos en su contra que deberá vencer para lograr su meta de producir energía a partir de residuos.
Veolia y el consorcio que encabeza están preparados para iniciar la construcción de la Planta de Termovalorización de Residuos Sólidos Urbanos de la Ciudad de México, el proyecto más grande en su tipo en América Latina. Aunque la obra enfrenta argumentos en contra por parte de la candidata puntera en las encuestas a la jefatura de gobierno capitalino.
“La etapa en la que nos encontramos es el cierre financiero con los cambios de los permisos”, dice en entrevista Federico Casares, director de Desarrollo de Negocios y Relaciones Institucionales en Veolia México.
El directivo mexicano espera que esta etapa de intensa labor con los bancos y fondos de inversión concluya en junio próximo, mientras que la construcción de la obra iniciaría en septiembre.
El proyecto ya cuenta con la Manifestación de Impacto Ambiental desde agosto del año pasado, y el permiso para generar energía eléctrica, el cual tiene un análisis respecto al impacto social.
En las próximas semanas, Veolia espera que el gobierno federal otorgué los terrenos bajos su resguardo al gobierno de la Ciudad de México y que pueda iniciar la construcción de la obra, edificación que durará casi 3 años.
Federico Casares reconoce que la obra sufrió un retraso de casi 4 meses en cuanto a las fechas previstas de construcción, ya que tuvo que solventar la cercanía con el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y recorrer cientos metros la obra que ocupará 15 hectáreas en el Bordo Poniente.
Tras la construcción, Veolia administrará y operará la planta por 30 años, de acuerdo con los plazos previstos en el contrato.
“Al terminar los 30 años de contrato no quiere decir que la planta vaya a dejar de funcionar, ya que este tipo de proyectos pueden operar hasta por más de 60 años… y después la planta será entregada al gobierno de la Ciudad de México”, dice Casares al hablar del Contrato de Prestación de Servicios al que se encuentra comprometido el consorcio.
Sin embargo, la obra no ha sido bien recibida por todos. El pasado 10 de mayo, Claudia Sheinbaum, candidata a la jefatura de gobierno por parte de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ha dicho que, de llegar a la jefatura de gobierno, el proyecto licitado en la administración de Miguel Ángel Mancera no será llevado a cabo.
“No va, es una planta que es terriblemente onerosa para el gobierno, es también un negocio, no es una solución a los residuos sólidos de la ciudad”, dijo en pleno festejo del Día de las Madres.
El equipo de Veolia no se ha quedado con los brazos cruzados ante estas declaraciones. La empresa ha enviado una hoja de datos para informar a los candidatos a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México sobre el impacto del proyecto y su viabilidad, con el fin de disipar dudas sobre la operación la planta.
El propio equipo de campaña de Morena en la Ciudad de México ya se acercado a la empresa para conocer el proyecto. “Tuvimos una reunión con el equipo de Claudia Sheinbaum para presentarles el proyecto… Entendemos que esto de hacerles una presentación y una explicación del proyecto (no es todo). Esto va a requerir un trabajo muy cercano con la persona que resulte electa en esta elección para alinear todas sus estrategias”
Sheinbaum cuenta con 36% de la intención de voto, seguida por Alejandra Barrales, candidata de la alianza conformada por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuenta con el 29%, y Mikel Arriola, abanderado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), tiene un 24%, de acuerdo con la última encuesta elaborada por Parametría.
Por ahora, el proyecto avanza y tiene la promesa de generar la energía equivalente a la utilizada por las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro de la Ciudad de México, es decir, 965,000 Megawatts hora al año.
Convertir la basura en energía
La Ciudad de México genera 15,000 toneladas de basura al día, lo que la convierte en la segunda urbe en el mundo que más basura genera, detrás tan solo de Nueva York, en Estados Unidos.
“Los temas ambientales son un tanto distantes a la mayoría de la población, salvo el tema del agua”, explica Casares.
Las situaciones críticas en el manejo de residuos, como es el caso de la Ciudad de México, llevan a los gobiernos y a los industriales a implementar proyectos para mitigar la problemática.
El proyecto de la planta conocida como El Sarape fue estudiado por la administración capitalina desde 2007, pero fue hasta 2016 que la Agencia de Gestión Urbana lanzó la licitación en la que Veolia obtuvo el contrato en mayo del año pasado para realizar la obra.
Veolia se encarga dentro de sus áreas de negocio de la gestión de agua, residuos y generación de energía eléctrica en ciudades y municipios del país. La firma tiene más de 25 años de presencia en México.
La planta fue licitada para el aprovechamiento del poder calorífico de los residuos sólidos urbanos. “La basura, finalmente, contiene energía y este proyecto consiste en no enterrar toda la basura en rellenos sanitarios del Estado de México y Morelos, sino aprovechar buena parte de ella para generar energía eléctrica”, dice Federico Casares.
El ejecutivo argumenta que la principal problemática de la basura al enterrarse es que desprenden más de 200 compuestos orgánicos precursores de los gases de efecto invernadero.
A nivel mundial, existen 2,000 plantas de termovalorización, aunque la tecnología es prácticamente nueva en Latinoamérica por el uso arraigado de los rellenos sanitarios, solución para el manejo de basura que puede resultar menor onerosa en el corto plazo.
“Nos tiene muy emocionados, ya que Veolia opera más de 60 plantas de este tipo en el mundo y, ciertamente, estamos convencidos de que es la solución más viable por tener menos impactos ambientales”, asegura Casares.
La planta va a procesar 4,500 toneladas de residuos por día. Así es que las instalaciones serán de las tres más grandes en el mundo por su de capacidad de procesamiento.
Las principales plantas de termovalorización con las que cuenta Veolia se ubican en Francia y Reino Unido.
La firma francesa ha observado que los proyectos para generar energía a través de los residuos sólidos se construyen con especial interés en China. La compañía construye 3 instalaciones de este tipo en la nación asiática, mientras que Japón es otro de los países con mayores desarrollos de este tipo.
La tecnología proviene de Hitachi Zosen Inova, firma que ha contribuido con sus equipos en más de 600 proyectos en el mundo, de las cuales 60 son plantas de termovalorización.
Retos
El proyecto enfrenta dos retos principales: la ubicación de la planta de termovalorización cercano al Lago de Texcoco y al terreno arcilloso en donde se construye el nuevo aeropuerto capitalino, así como la estructura financiera.
En septiembre de 2021, la planta deberá operar en toda su capacidad, aunque Veolia buscará iniciar de forma acelerada la operación de cada uno de los módulos que componen la obra, para recuperar los tiempos que sufrió en su reubicación.
Los beneficios económicos y de empleo motivan el desarrollo de la obra. El proyecto generará 3,000 empleos durante la etapa de construcción y 100 empleos en la etapa operativa, puesto que será una planta casi automatizada.
El consorcio integrado por Veolia invertirá en el proyecto 550 millones de dólares (mdd). “El gobierno de la Ciudad de México no va incurrir en deuda, ya que no va a aportar nada en el capital en la realización del proyecto”, dice Federico.
La firma asegura que el proyecto cumple con la normatividad mexicana y norma vigente en Europa para el tratamiento de residuos sólidos.
La energía eléctrica será introducida a la red de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el gobierno de la Ciudad de México se encargará de descontar el costo del consumo del Metro para que no tenga costo adicional.
La basura llegará en los camiones de basura de la Agencia de Gestión Urbana de la Ciudad de México, la cual descargará su carga en una fosa, para entrar de forma posterior en un horno de micro parrillas, con una temperatura de 1,000 grados centígrados, en donde se descompone la basura y se genera vapor en una caldera que mueve una turbina, la cual genera la energía eléctrica.
Cerca del 50% del valor de la planta se encuentra en un sistema de purificación de residuos, tecnología que es utilizada al final del proceso. La planta se compone de 4 módulos para procesar los residuos.
Federico ha trabajado en Veolia por 9 años. El trabajo de este ingeniero químico la ha llevado a viajar por el país y otras regiones en el mundo, lo que le permite contar con 35 años de experiencia profesional en ingeniería de proyectos. Este proyecto es el que más le entusiasma en su trayectoria.
Federico Casares está seguro que el proyecto que encabeza Veolia es la opción que requiere la ciudad. “Creemos que está planta de termovalorización, sin temor a duda, es una solución sustentable para la ciudad”.