El plan de Avon para crecer sus ganancias e inspirar a sus vendedoras
La empresa de cosméticos Avon quiere que sus mujeres sean el eje de su crecimiento. Por ello, impulsa a sus vendedores para que mejoren sus ventas.
Avon sabe que las mujeres son la fuerza de su negocio. La compañía, fundada en Nueva York y con sede corporativa en Reino Unido, tiene un plan para convertir a sus promotoras en el eje de su crecimiento e impulsar sus carreras en la firma de cosméticos.
La historia de Martha Briones es parte de la generación de mujeres que desea impulsar la empresa en México. La joven de 22 años es representante de Avon, como también lo fueron su madre y su abuela.
“Vivo en Querétaro, tengo mi departamento y cubro mis gastos de la escuela”, dice con orgullo de una generación de mujeres que trabajan.
Hoy, la imagen de Martha se encuentra en diversos espacios de internet y de las ciudades, ya que forma parte de una campaña con las historias que hay detrás de las representantes de Avon.
“Me llena mucho el inspirar a mujeres”, dice con una sonrisa de satisfacción y con los ojos brillantes por las lágrimas contenidas.
El plan de la empresa es impulsar a sus vendedoras a nivel mundial y lograr que ellas se vean mejor remuneradas, mientras las ventas de la empresa crecen. Un mexicano es el artífice del plan internacional que potenciará a las mujeres mexicanas.
El 14 de agosto de 2017, Miguel Fernández Calero fue nombrado presidente global de Avon. Es el primer mexicano en ocupar la presidencia de la firma en sus 131 años de historia y quiere impulsar a las vendedoras de Avon.
Miguel quiere apoyar la labor de Martha para hacer que la firma ofrezca el mejor producto al precio adecuado.
Leer: La historia del primer mexicano que es presidente mundial de la marca
Apoyo económico
Martha Briones es originaria de San Luis de la Paz, en Guanajuato, pero vive en Querétaro, en donde estudia la carrera de Arquitectura.
En un principio, Martha deseaba estudiar música, pero su mamá le pidió que primero cursara otra carrera. Un conflicto se planteaba para la estudiante, pero una mujer le ayudaría a desenredar toda la confusión.
María Trinidad Navarro, su abuela materna, aconsejó a la joven guanajuatense algo muy sencillo: “Haz algo que te haga feliz, pero al mismo piensa en las personas a las que puedes ayudar”, dijo la anciana a su nieta.
Sus visitas a comunidades pobres han llevado a Martha a analizar su situación y a hacer el bien a través de su carrera universitaria, para mejorar la vivienda en la que viven otras personas menos favorecidas. “Fue una señal”, dice Martha con una sonrisa.
“Yo soy tercera generación de Avon. Mi abuela inició hace muchísimos años, ayudando a una vendedora”, dice Martha.
Martha quiere aportar confianza al consumidor, pero también a la empresa. Quiere conocer la historia de sus clientes, pero también de las mujeres que colaboran con Avon.
La firma quiere darles más cursos para prepararlas y mejorar su situación actual. El país es el segundo mercado más importante para la firma de belleza en Latinoamérica, solo detrás de Brasil.
Las acciones que tome y el impulso a las mujeres pueden hacer un cambio significativo en la vida de sus 6 millones de colaboradoras y en el negocio de la empresa de cosméticos.
Avon, ¿un aliado?
En febrero pasado, el mexicano Miguel Fernández Calero comprendió la importancia de sus decisiones. En un viaje a Turquía conoció a una representante de Avon que logró salir junto con sus hijos de una zona de guerra en aquel país de Medio Oriente. Un cambio en la operación de la firma fue el detonante que transformó su vida para siempre.
“Cuando uno hace las cosas no se da cuenta del impacto que puede tener en alguien”, dice Miguel Fernández Calero, presidente mundial de Avon.
Avon es una empresa que permite a las mujeres salir de situaciones difíciles y tomar parte de la responsabilidad para emparejar la cancha laboral a través de la independencia económica, explica Miguel.
Rusia, China, Italia, Perú y Brasil son parte de los países que el directivo ha visitado en las últimas seis semanas, las cuales le han demostrado el poder que tiene la marca con sede en Londres.
“Esta es una oportunidad fabulosa para combatir la inequidad a la que sometimos a las mujeres”, asegura el mexicano.
La importancia de México en el mapa de la firma no es menor. La planta de Avon en Celaya, Guanajuato, es la más grande de la firma de cosméticos a nivel global. La empresa de productos de cuidado personal y belleza crece el doble que el negocio de las ventas directas en el país.
Miguel Fernández conoce la importancia de sus decisiones y está listo para replicar el éxito de su historia de trabajo, con una causa que lo entusiasma. “Con más de 131 años, vamos a ser ese órgano catalizador que ponga a la mujer exactamente en donde debe estar… en donde interviene una mujer los resultados siempre son mejores”.