El clima de negocios en México cae a mínimos históricos
La incertidumbre local, junto con la relacionada con el inicio del próximo gobierno de Estados Unidos y sus posibles medidas en temas clave, están detrás de este deterioro.
Según la más reciente encuesta de analistas retomada por Bloomberg, menos del 10% de los encuestados esperan que el clima de negocios en México mejore en los próximos seis meses, la cifra más baja desde 2009, cuando solo el 10% tenía expectativas positivas.
Este panorama es alarmante. Si bien aún no se ha traducido en un mayor deterioro de otros indicadores, refleja una situación que en el pasado ha derivado en crisis. La lectura actual contrasta notablemente con el optimismo de años anteriores: en 2004, el 90% de los encuestados preveía una mejora, la cifra más alta registrada, mientras que en 2014 un 88% compartía esa perspectiva favorable.
Factores que deterioran el clima de negocios en México
Los analistas identifican tres factores principales detrás de este deterioro, dos de ellos internos y uno externo. La preponderancia de los problemas locales subraya la gravedad del panorama.
Internos
1) Debilidad económica y riesgos crediticios
La economía mexicana enfrenta una debilidad persistente que podría derivar en un recorte a la calificación crediticia del país en los próximos 12 a 18 meses. Sin embargo, algunos analistas consideran que esto podría ocurrir incluso en un plazo más corto, de seis a 12 meses, es decir, en 2025.
En respuesta, autoridades como la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, han sostenido reuniones con calificadoras como Fitch Ratings y Standard & Poor’s. Por su parte, Moody’s Investor Services, la única agencia global que aún no se reúne con el gobierno, advierte que las perspectivas de crecimiento a largo plazo de México se han deteriorado significativamente, limitando la capacidad del país para generar ingresos fiscales y mantener un entorno económico competitivo.
Adicionalmente, la dependencia del gobierno en los ingresos de Pemex plantea un desafío crítico. Sin cambios estructurales en la empresa, las finanzas públicas podrían volverse insostenibles.
El panorama fiscal también es preocupante. México enfrenta su déficit más alto en 30 años, exacerbado por el gasto en proyectos de bajo impacto económico, como las refinerías, y programas sociales que han sido calificados como clientelistas.
2) Gobernanza económica e inseguridad
La creciente concentración de poder político ha generado preocupación entre inversionistas, debilitando la confianza en las instituciones clave como contrapesos del gobierno. Las recientes reformas constitucionales, particularmente las relacionadas con el poder judicial, han intensificado la incertidumbre sobre la estabilidad institucional de México, un aspecto crucial para mantener el grado de inversión.
En el ámbito de la seguridad, el gobierno enfrenta un reto monumental heredado de administraciones pasadas. La violencia creciente genera incertidumbre entre los empresarios y afecta la percepción del país como destino para inversiones.
Externos
3) Incertidumbre ante el gobierno de Donald Trump
El próximo mandato de Donald Trump en Estados Unidos añade presión al clima de negocios. Sus políticas, como el uso de aranceles como herramienta de negociación, ya han generado tensiones.
Además, la revisión del T-MEC, programada para 2026, podría convertirse en una renegociación completa o incluso en un nuevo tratado bajo condiciones distintas, lo que incrementa la incertidumbre en el corto y mediano plazo.
Perspectivas sombrías para 2025
Estos tres factores principales, junto con otros riesgos latentes, dibujan un panorama complejo para el próximo año. Las cifras reflejan una clara preocupación entre los analistas y empresarios, subrayando la urgencia de abordar los problemas internos para evitar un mayor deterioro del entorno de negocios en México.
En la encuesta de Banxico de México a especialistas del sector privado correspondiente a octubre, las expectativas de crecimiento del PIB real para 2024 y 2025 se revisaron a la baja. México parece estancado en un crecimiento mediocre, y no hay señales claras de que vaya a repuntar en el corto plazo. Las proyecciones sobre el tipo de cambio también indican que la era del “peso fuerte” ha quedado atrás, y aunque no se espera una debilidad extrema de la moneda, sí hay una tendencia hacia la depreciación.
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