¿Un mundo con tasas negativas? Así podría ser el futuro
El sueño de muchas generaciones podría cumplirse, pero al mismo tiempo convertirse en la pesadilla de quienes vivan una época de tasas negativas
El panorama para las tasas de interés luce contundentemente a la baja en los próximos años; es cierto que nada está escrito y todo puede ocurrir, pero lo que hoy nos dicen las cifras es que el costo del dinero será cada vez más barato, incluso al grado de que las instituciones crediticias lleguen a pagar a sus clientes por otorgarles un préstamo en lugar de cobrarles intereses, algo que hoy parece una locura, pero que incluso en algunas naciones empieza a convertirse en realidad.
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Mercado de bonos, su menor nivel en ¡120 años!
El mejor termómetro de la situación en el mercado de dinero mundial es lo que sucede con los bonos soberanos de las naciones industrializadas, estos se hunden cada día más sin encontrar piso, varios de ellos ya están de hecho en cifras negativas y la tendencia todavía no se detiene, mientras que otros se acercan peligrosamente al cero absoluto y amenazan con rebasarlo a la baja.
En términos generales y de acuerdo con la agencia francesa de inversiones DNCA, filial de Natixis IM, en promedio las tasas de los bonos de las naciones industrializadas están en su nivel más bajo en ¡120 años!, desde que se llevan registros de estos instrumentos emitidos por los gobiernos.
Si tiene alguna duda cheque usted estos datos: la tasa de los bonos de Suiza, el país que es refugio de miles de millones de dólares en capitales se ubica en menos 1.064% a plazo de 10 años y menos 0.613% en su plazo de 30 años. En Alemania, la máquina industrial y financiera de Europa, la quinta potencia económica global y por lo tanto uno de los motores económicos del planeta, las tasas de sus bonos a 10 años pagan un rendimiento de menos 0.718%, mientras que a plazo de 30 años el premio se ubica en menos 0.28%.
Francia está en las mismas condiciones, sus bonos pagan un rendimiento de menos 0.446% en el plazo de una década y, por fin una tasa positiva, 0.367% en su plazo a 30 años. La zona asiática no difiere mucho, más bien sigue la misma tónica; es el caso de Japón cuyos bonos a 10 años pagan un rendimiento de menos 0.247%, mientras que para el plazo de 30 años este beneficio se ubica en 0.169%, otra tasa positiva. Australia es uno de las pocas naciones de Europa y Asia que tiene ambos plazos (los más operados en los mercados globales de dinero), con tasas de rendimiento en zona positiva; para el caso de los bonos a 10 años paga un rendimiento de 0.872%, mientras que para el de 30 años su beneficio es de 1.43%.
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¿Qué nos dicen estos rendimientos?
Es importante hacer notar que las tasas actuales no significan de ninguna manera el nivel que tendrá el costo del dinero en los plazos señalados, es decir, dentro de 10 y 30 años; lo que significa es que hoy día esas son las tasas que pagan por inversiones a dichos plazos tomando en cuenta el escenario actual y las proyecciones que del mismo se derivan. Es decir, hoy día las condiciones de las economías señalan que una inversión a plazo de 10 o 30 años debe otorgar dichos rendimientos, incluso negativos. Nadie sabe el futuro, no es posible determinar si dentro de 30 años los rendimientos serán de 100 por ciento, o incluso todavía más negativos, lo que tenemos hoy es un probable escenario de tasas muy bajas, incluso de tasas negativas.
¿Qué puede suceder?
En materia de inversiones sin la menor duda toca detectar oportunidades y tratar de invertir lo más posible a largos plazos con las mayores tasas de interés, lamentablemente no son muy elevadas en este momento. La apuesta de los bancos centrales se centra en que dichas tasas de interés impulsen el consumo, pero tal expectativa se estrella con otra, la del crecimiento económico, que de acuerdo con proyecciones del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), promediará un nivel de 2% en la próxima década.
Es este el escenario que determina lo que hoy padece el mundo, la llamada “trampa del crecimiento”, definida por muy bajas tasas de interés, que no sirven para impulsar el consumo ya que el PIB global es cada vez más bajo, el peor de los escenarios, la inflación también es muy baja, pero tampoco sirve de mucho. Varios economistas reconocidos señalan que a la economía global le hace falta un revulsivo, algo que detone la expansión y el crecimiento en una época con cada vez mayores adelantos tecnológicos, pero nadie atina a determinar qué es eso que podría sacar al mundo de esta trampa.
Mientras tanto, el tiempo sigue su marcha y amenaza con un futuro de tasas negativas, el sueño de muchas generaciones que se durmieron antes y ahora que puede llegar resultaría en la peor pesadilla para quienes lo vivirán.
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