¿México necesita más crecimiento o más desarrollo?
Estas son las diferencias entre crecimiento y desarrollo, y la explicación de porqué no son excluyentes para México. Te explicamos
Este texto fue publicado originalmente el 24 de julio de 2019
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la expectativa de crecimiento de México para este año a 0.9% desde un nivel previo de 1.6%, un golpe muy fuerte por parte del organismo financiero multilateral que ya colocó el crecimiento del país en menos de un punto, igual que otras instituciones.
Ante ello, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descalificó la expectativa señalando, entre otras cosas, que dicho organismo impulsó las políticas económicas globales que llevaron al fracaso económico a la mayoría de los países en años pasados. Además, dijo que su gobierno ya no va a seguir con la medición del Producto Interno Bruto (PIB) como único indicador del desempeño de la economía mexicana, ya que este parámetro no toma en cuenta el desarrollo que se generan con políticas públicas como las que su gobierno aplica.
Así, la pregunta obligada para el análisis es ¿cuáles son las diferencias entre crecimiento y desarrollo?, de modo que podamos contar con un escenario más completo respecto a qué es lo que mide cada uno de los conceptos, porqué son diferentes, en qué pueden complementarse y cuál es más necesario para el país.
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Crecimiento versus desarrollo, no son sinónimos, pero tampoco excluyentes
Definitivamente no son lo mismo, aunque tampoco son tan excluyentes como algunos quisieran. El crecimiento y el desarrollo suelen ir de la mano cuando menos en cuanto a la tendencia de una economía, no pueden excluirse.
El crecimiento económico es una medida de productividad que se mide por el valor en dólares (la moneda universal, aunque desde luego que hay mediciones en moneda local), de bienes y servicios producidos; tradicionalmente la herramienta de medición se denomina PIB.
El desarrollo económico es el proceso de inversión que llevan a cabo los gobiernos en la economía para generar beneficios para la población, incluso pueden contemplarse en este rubro políticas públicas enfocadas al impulso de sectores económicos que beneficien a empresas privadas, con el beneficio directo para la población con la creación de empleos.
Se dice que el crecimiento y el desarrollo no son excluyentes porque ambos se necesitan; es un poco complicado que una economía genere desarrollo, es decir, tenga los recursos necesarios para invertir, si no hay crecimiento, es decir, incremento en la productividad y la generación de recursos monetarios.
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¿Qué es primero, el desarrollo o el crecimiento?
Economistas muy serios se han hecho esta pregunta a lo largo de los años y nunca se han puesto de acuerdo. Algunos señalan que generalmente el crecimiento es consecuencia del desarrollo, es decir, las inversiones detonan el crecimiento de la economía. Por supuesto está la tesis contraria que señala que sería imposible lograr desarrollo sin crecimiento; es decir, no sería posible generar inversiones si primero no hay crecimiento porque es a partir de este que se producen los recursos para las inversiones.
En este sentido, dicho desacuerdo no hace sino fortalecer las teorías de otras escuelas económicas más mesuradas cuya tesis dice que no es posible desvincular al crecimiento del desarrollo y viceversa, tal como lo han demostrado a lo largo de muchas décadas varias de las naciones industrializadas más importantes del planeta.
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¿Qué indicador se utiliza en el mundo?
La respuesta es contundente, aunque algunas naciones poco representativas de la economía global ya usan otros indicadores para medir su grado de avance económico, lo cierto es que el PIB es utilizado mayoritariamente en el mundo como medida de crecimiento y a partir de ahí como evaluación del grado de desarrollo de un país. En Nueva Zelanda a partir de este año el PIB ha pasado a segundo término como indicador de crecimiento, aunque esto es en apariencia ya que el banco central lo sigue utilizando como referencia para medir su grado de desarrollo junto con otros indicadores. En otras naciones como Bután (con apenas 750 mil habitantes), miden su PIB a partir de la felicidad de los ciudadanos.
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¿Qué necesita México, más desarrollo o más crecimiento?
La idea del gobierno mexicano en todo caso no es nueva, pero en una economía como la nuestra existen muchos riesgos asociados y sobre todo las condiciones de las finanzas públicas nacionales no son las idóneas para impulsar a partir de ahí el desarrollo que necesita el país, para que, independientemente del nivel de crecimiento, México deje de estar considerado precisamente como un país en vías de desarrollo.
Lamentablemente, es posible que en nuestro caso sea necesario un largo periodo de crecimiento para que con este pueda financiarse el desarrollo; de otro modo, las disposiciones presupuestales de los próximos años deben ser mucho muy superiores a las actuales para que el desarrollo tome la delantera como indicador predominante y lleve a México a las grandes ligas de las naciones que son, precisamente, altamente desarrolladas.
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