Bajos salarios y pocos empleos en México
El CEESP informó en su análisis semanal que aun existen 12.5 millones de personas laborando en la informalidad y los salarios son insuficientes.
9 de agosto de 2010
Durante los primeros cinco meses del año, la actividad económica ha mostrado un proceso de recuperación importante, lo que ha contribuido para que durante ocho meses consecutivos se hayan ajustado al alza las expectativas de crecimiento económico para el presente año, según se aprecia en los resultados de la Encuesta Sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, que realizó el Banco de México a finales de julio.
No hay duda de que esto pudo ser un factor importante en el aumento del empleo formal, que de acuerdo con las cifras del IMSS, en el primer semestre del 2010 se han generado un total de 559,070 nuevos puestos de trabajo no agrícolas, con lo que el universo de trabajadores registrados se elevó a 14,440,351, cifra ya muy cercana del registró históricamente más alto que se observó en octubre de 2008 (14,475,835 trabajadores).
“Sin embargo, a pesar de estos buenos resultados en materia de empleo, aún falta mucho por hacer, sobre todo cuando los registros del INEGI indican que existen 12.5 millones de personas laborando en la informalidad, y otro tanto sigue buscando oportunidades fuera del país –en el primer trimestre del año, se registran 3.8 emigrantes al extranjero por cada mil habitantes– precisamente por la falta de oportunidad de conseguir un empleo formal con sus correspondientes prestaciones sociales”, expresó el CEESP.
Pero no sólo eso, el organismo empresarial dijo que los bajos salarios, que en mucho tienen que ver con la baja preparación de la población ocupada, es otro factor que se debe atender con prontitud, toda vez que los hogares requieren cada vez más de mayores ingresos para solventar sus necesidades familiares, obligándolos en muchas ocasiones a tener que insertar al mercado laboral a los menores de edad, en más de las veces en precarias condiciones de trabajo, con el objetivo de contribuir con el gasto del hogar.
“Al hacer esto, es evidente que en muchos casos los menores que trabajan deben dejar la escuela, lo que a la larga generará más trabajadores potenciales con niveles mínimos de preparación, inhibiendo la productividad de la economía en su conjunto y prácticamente asegurando un futuro de ingresos bajos para sus familias”, indica el análisis semanal.
Según las nuevas estimaciones de trabajo infantil en México que realizó el INEGI, en 2009 había 3.6 millones de niños y niñas entre 5 y 17 años realizando actividades económicas, de los cuales 30.5% tenía entre 5 y 13 años de edad; 41.5% no asistió a la escuela; 35.5% laboró 35 horas o más a la semana; 42.6% percibió menos de dos salarios mínimos y 35.1% aportó toda o una parte de su ingreso al hogar.
“Es evidente que no solo es el número de puestos de trabajo que se puedan generar lo importante, sino la calidad de ellos, que cuenten con ingresos suficientes y prestaciones sociales, de tal forma que estos se conviertan en un atractivo para dejar la informalidad. Aunado a esto, se debe hacer lo necesario para elevar el nivel académico de la población si se quiere que el país incremente su productividad”, finaliza en informe.