Cómo descubrieron su vocación los grandes de la tecnología
Steve Jobs, Sergey Brin, Mark Zuckerberg y Jack Dorsey forman parte de una generación dorada de jóvenes interesados en innovar. ¿Cuándo descubren sus ideales?
A diario somos testigos de las impresionantes cifras que las empresas tecnológicas están alcanzando en el mundo. .Google, .Facebook, .Apple y .Twitter han sido ejemplo para cientos de miles de empresas que han ingresado al sector con la esperanza de albergar a un .Steve Jobs o .Sergey Brin.
En gran parte, hombres como estos, con un enorme liderazgo, visión de futuro, capacidad de innovar y de relacionarse con las personas explican el éxito de sus compañías.
Está claro que las empresas ya no pueden guiarse por los antiguos estándares que hablaban de muchos años de trabajo para posicionarse en un mercado. El éxito está a la vuelta de la esquina, incluso más cerca, en tu propio ingenio.
Pero, ¿de dónde nacieron estas ideas? ¿Cómo reconocemos a un hombre que tiene la capacidad de romper con los formatos del mercado y resaltar? ¿Cuándo una persona decide que su vocación está con la .tecnología?
Te invitamos a recorrer parte, muchas veces desconocida, en la vida de los CEO’s más famosos de la actualidad, pero que resultan fundamentales a la hora de explicar su éxito.
Steve Jobs, sigue tus instintos
La historia del CEO de Apple es quizás la más conocida de todas. Más allá de su historia de abandono al momento de nacer, su adopción por parte de una mujer sin estudios universitarios y un padre que ni siquiera había terminado la secundaria (los que se comprometieron a lograr que Steve completara su educación), su historia de triunfos se comienza a gestar a sus 17 años, cuando entra a la Universidad.
“Ingenuamente elegí una universidad muy cara, y todos los ahorros de mis padres estaban destinando a mis aranceles universitarios. Luego de seis meses, no le encontraba sentido. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y me encontraba desperdiciando todo el dinero de mis padres, así que decidí abandonar los estudios y confiar que todo se arreglaría eventualmente”, relata Jobs.
Cuando tomó esa opción, comenzó a asistir solo a las clases que le parecían interesantes, tomó un curso de caligrafía “aprendí acerca de los tipos de letra con trazos de pie, cómo variar la cantidad de espacio entre diferentes combinaciones de letras, yo lo consideraba fascinante. Nada de esto albergaba siquiera la mínima esperanza de alguna aplicación práctica en mi vida. Pero diez años más tarde, cuando estábamos diseñando la primera computadora Macintosh, todo volvió a mi mente. Y lo volcamos todo en la Mac. Era la primera computadora con bellísima tipografía”.
De no haber asistido a ese único curso universitario, la Mac no hubiera tenido nunca tipos de letras múltiples o fuentes espaciadas, a lo que se suma el oficio de electrónico que durante años le había enseñado su padre, su gran genialidad nunca hubiera existido.
“Descubrí lo que realmente quería hacer en mi vida. Woz –su amigo- y yo comenzamos con Apple en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro, y en 10 años Apple creció de ser una empresa compuesta por nosotros dos en un garaje a una empresa de dos mil millones con más de cuatro mil empleados”. Su llamado es a confiar en sus deseos internos y atreverse.
Sergey Brin, la herencia informática
No, no fue en 1998, en un cuarto de Silicon Valley, cuando el joven Sergey Brin, originario de Moscú, descubrió su afición a la informática que lo llevaría junto a Larry Page a crear el motor de búsqueda más exitoso de la historia; Google.
Su historia computacional inicia, más bien, en 1973 año en que nace al alero de una familia judía que decidió trasladarse a Estados Unidos cansados del trato que recibían por sus creencias religiosas.
La clave no estuvo en el cambio, ni en su situación social (relativamente acomodada) sino a la enseñanza de su madre; científica de profesión y su padre; matemático. Dichos conocimientos cimentaron su camino hacia el éxito. Sergey brin se convirtió en un alumno aventajado, se graduó antes de tiempo en la escuela y decidió estudiar matemáticas e .informática en el mismo centro donde impartían clase sus padres.
Luego de finalizar dicho proceso, no se conformó y optó por trasladarse a la Universidad de Stanford para estudiar un doctorado en informática, donde conoce a .Larry Page.
Lo demás es parte de la historia conocida; en 1997 registraron un invento que buscaba mejorar el diseño de los buscadores existentes, incluyendo Yahoo, y lo lograron un año más tarde con el apoyo financiero de Andy Bechtolsheim, cofundador de Sun Microsystems.
Mark Elliot Zuckerberg, un juego de niños
Quizás antes que sus similares supo que su destino estaba puesto en la informática. El creador y presidente de la comunidad virtual más gran del planeta inició a sus 19 años (2004) su camino al éxito, aunque sus deseos fueron engendrados a partir de antes.
Tal como Sergey Brin, el .CEO de Facebook nace en el seno de una familia judía, y producto del fervor informático que se vivía en esos años en la ciudad de Nueva York, logró manifestar pasión por la informática.
Cuenta su padre de profesión dentista, Edward Zuckerberg, que cuando su hijo tenía apenas un año de edad (1985) decide instalar una computadora en su oficina. “Mis hijos se criaron junto a la oficina y todos tuvieron contacto desde temprano con las computadoras. El que se involucren con las computadoras desde chicos tiene sus ventajas. Claramente eso estimuló el interés de Mark en la tecnología”, aseguró durante una entrevista con la radio WVOX, de Westchester.
Detalla también que Mark consiguió un libro de programación, pero que “en realidad él aprendió sólo a programar”.
¿La clave? Su padre admitió que sus conocimientos de computadoras eran “limitados” pero que siempre mostró “inclinación por la tecnología” y que, al ver su interés, hicieron lo imposible por tener siempre lo último en juegos de alta tecnología”, incluido una de las primeras versiones del Atari 800, que venía con discos de programaciones.
Dicho aprecio por la tecnología se multiplicó cuando ingresa a Harvard en 2002, donde dos años más tarde y junto a sus compañeros de habitación en la universidad, lanza un sitio Web, una red social llamada Facebook.
Lo que empezó como un juego entre colegas -tal como cuando era niño- desbordó todas las previsiones en poco tiempo.
Jack Dorsey, comunicación corta y simple
2006 y el lanzamiento de .Twitter no marcaron el inicio de Jack Dorsey en el negocio social-virtual.
El chico nace en St Louis, Missouri, y ya a los 14 años estaba interesado en el “routing”. Desde esa época se desempeñó como programador en una firma de despachos llamada DMS, encargándose de enviar correos, taxis y servicios de emergencia en la web, fue así como la idea de Twitter inició.
Y es que los taxistas y conductores de ambulancias enviaban “mensajes cortos” para dar un informe de lo que hacían en el momento, aunque Dorsey quería crear algo similar pero dirigido a su grupo de amigos.
“Hace años programaba para servicios de taxis y de emergencia, como el 112, que circulan por la ciudad, constantemente actualizando lo que hacen por radio, por teléfono…”, cuenta.
Una ambulancia dice: “Tengo un paciente con un ataque cardíaco y voy camino de tal hospital”. Mientras que el taxi dice: “Acabo de recoger a dos clientes en este hotel”. “Ese concepto me fascinó”; él quería tener lo mismo con amigos, saber dónde estaban en tiempo real y qué estaban haciendo, ser capaz de situarles en la ciudad y en todo el mundo. Si van a una fiesta o un evento especialmente bueno, para seguirles en el acto.