Design Thinker, el creativo que le urge a tu empresa
Si estás buscando soluciones innovadores para tu empresa, los Design Thinkers son una opción. Un experto te dice las ventajas de tenerlos y cómo identificarlos.
¿Crees que existen los elefantes voladores? Si tu respuesta fue “No”, seguro perteneces al 60% de las personas que se guían por su lógica y que se encuentran dentro del pensamiento sistémico. Si tu respuesta fue “Sí”: ¡Felicidades! Podrías tener el perfil para ser un Design Thinker.
¿Estos es bueno o malo? Lo cierto es que podría ser el valor agregado que estás buscando, ya que estas personas (los Design Thinkers) no tienen límites en su creatividad y se están convirtiendo en una gran alternativa para las empresas y las marcas. (Te recomendamos también: Design Thinking: 4 pasos para el “how to”)
La necesidad del mercado siempre ha sido la misma: generar productos innovadores y servibles a un costo accesible, pero los tiempos modernos no sólo exigen inmediatez, sino también originalidad e innovación en los productos –aunque parezca que en el mercado ya se ha dicho todo–, y es aquí donde entra este personaje: el Design Thinker.
“La diferencia entre una organización promedio y una innovadora recae en su capacidad para entender continuamente las necesidades de sus clientes, y así, transformar su conocimiento en nuevos productos, servicios y marcas relevantes para ellos”, comentó Luis Arnal, presidente y CEO de INSITUM.
En este sentido, la innovación se convierte en un factor vital para las organizaciones, sin embargo, existe una interrogante: ¿Cómo medir la innovación dentro de las empresas?
Al respecto, Arnal asegura que existen cuatro pilares que componen la cultura de innovación dentro de las empresas, y éstos son:
1. Estrategia. Es el plan o la visión para poder enfocar objetivos. Está compuesta por las ventajas competitivas de los colaboradores, las alianzas internas y externas, las métricas y los incentivos.
2. Estructura. Se trata de poner sobre la mesa las cuestiones operativas. Está compuesta por la estructura jerárquica, los procesos, las inversiones presupuestales, responsabilidades y atribuciones.
3. Herramientas. Integra el cómo funciona la empresa. Se estructura por una metodología, las técnicas y seguimientos, la gestión de conocimientos y los catalizadores.
4. Competencias. Aquí es donde entra cada uno de los integrantes del equipo y se mide por capacidades, cultura y valores.
Un Design Thinker no sólo busca el descubrimiento de nuevos productos dentro de las organizaciones, estos personajes se encargan de encontrar soluciones:
“Son soluciones ‘no obvias’, se trata de dejar a un lado lo hecho y dicho, y comenzar a explorar lo inexplorable, muchas veces es lo más obvio; estas personas son muy allegadas a los procesos interactivos, desde el inicio hasta el final, y buscan realizar soluciones a través de necesidades y sondeos”, comenta el experto.
Entonces, si tener a estos personajes se está convirtiendo en una necesidad, ¿podríamos encontrarlo en nuestras filas? ¿Cómo podríamos identificarlo?
¿Es o no es un design thinker? Éste es el perfil de estos colaboradores, de acuerdo con el equipo de INSITUM:
Obsesivamente observadores
Son minuciosos cuando de observación se trata. Buscan encontrar el más mínimo detalle para la solución. ¡Pero cuidado! Ser minucioso no quiere decir perfeccionista, se trata de personas que ven más allá de la superficie e indagan para la búsqueda de soluciones. Son buenos escuchando las necesidades y siempre hallarán más de una solución.
Empatía, la clave para su éxito
Una vez más llegamos a la necesidad “humana” para percibir las cosas. Estos personajes tienen la facilidad de sentir lo que el cliente, proveedor o competencia sienten. Muchos pensarían que esta característica es una de las más complicadas de tener, sin embargo, la empatía forma parte de nosotros desde que nacemos, sólo se trata de dejarlo salir, comenta Arnal.
Piensa rápido… y lento
Como habíamos comentado, la inmediatez es necesaria. Si hablamos de que un Design Thinker es minucioso, podría pensarse que cae en la lentitud, pero no es así. Estos colaboradores piensan en infinidad de soluciones, pero se paran a resolver los grandes enigmas: cuestiona todo lo que hace. Para el experto consultado, esto es fundamental, el contar con esa humildad que lleva al Thinker a cuestionar, indagar y experimentar es una de sus mejores características. Estas personas piensan de manera visual, organizan, simplifican y comunican.
No tienen miedo
¿Cuántos de ustedes podrían decir que el fracaso es su mayor temor? La mayoría, pero para estos personajes el fracaso es cuestión de rutina y no existe solución que no valga la pena. (Puedes leer ¿Derrotado? ¡Levántate y busca el éxito en el fracaso!)
“El temor es el mayor detractor de la creatividad, el Design Thinker se enamora y apasiona por lo que hace, pero no quiere decir que este amor sea ciego”, señala INSITUM. También son muy abiertos a las críticas.
Para el CEO de esta compañía consultora, un Design Thinker es la fusión de cuatro personajes: Michael Porter, Leonardo da Vinci (podrías leer: 7 pasos para ser tan creativo como Da Vinci), Sherlock Holmes y “El Coyote” de Warner. ¿Lo tienes en tu empresa?
Si aún no lo identificas, lo mejor es que comiences a buscarlo.
¿Crees que un Design Thinker sería de ayuda en tu empresa? ¿Estarías dispuesto a capacitar a tu personal para que sea ‘pensador’ y no solo ‘operativo’?